miércoles, 4 de noviembre de 2009

J. L. LÓPEZ VÁZQUEZ: UN ADMIRADOR, UN AMIGO, UN ESCLAVO, UN SIERVO.

En la España sin colores, brillaron muchos guionistas, directores y actores a los que les sobraba el talento. Era nuestro Cine, el que reflejaba el modo y la manera de ser de los españoles.
Películas que nos mostraban facetas de la vida diaria del español medio, con la que necesariamente nos identificábamos. Vidas llenas de penurias y necesidades que ahogábamos pasando un buen rato en los cines de nuestros barrios. De los estrechísimos presupuestos, los directores y guionistas tiraban de los excelentes actores, realizando la nada fácil tarea de entretener y hacer reir. Sin más, aparentemente. Había que salvar la censura. Pero veladamente, todos entendíamos que tal escena era una crítica a la hipocresía de la sociedad, y tal otra, a la mal entendida caridad, o al clero o a los poderes fácticos.
Alguien ha dicho que con la muerte de José Luis López Vázquez, se ha terminado una época y yo estoy de acuerdo con la frase. Era una época donde no se hacían películas si no se disponía de la totalidad del presupuesto, y donde los actores no tenían que justificar su ideología para trabajar. Es verdad que todos conocíamos de que pié cojeaba cada cual, pero entonces era suficiente con ser discretos para no alterar al sistema.
Esto no es un halago de la dictadura, ni mucho menos, sino un homenaje al talento. Nuestro gran cine, nace en esos años, donde había que esquivar permanentemente cualquier sospecha de crítica al sistema con imaginación, sarcasmo y mucha ironía, pero sin que se notara.
Desde aquí, mi particular homenaje al Cine español en blanco y negro y a su último gran actor, José Luis López Vázquez; Un admirador, Un amigo, Un esclavo, Un siervo.

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