jueves, 3 de febrero de 2011

LA LEY OBLIGA A TODOS A SER FELICES.

En uno de los capítulos de ‘Cuentos asombrosos’ (serie de Steven Spielberg en la década de los ochenta), salía un niño mago. El chaval tenía aterrorizada a toda la familia con su “felicidad”. Cada día tenía que ser su cumpleaños. Toda la familia tenía que estar feliz y contenta. Cuando no era así, lo mataba o transformaba en algo (un conejo, una mesa…).

Evidentemente esta felicidad inducida por el miedo estaba muy lejos de lo que realmente es el bienestar y la concordia. Leire Pajín debe ser una gran fan de ese niño y ahora pretende montar una ley llamada “ley de igualdad de trato y no discriminación”. La ley podría contemplar hasta multas de 500.000 euros por llamar feo a alguien.

¿Es función del Gobierno hacernos felices y decidir qué es bueno y malo para la sociedad?

La respuesta afirmativa solo querría decir que nuestra voluntad, felicidad y la sociedad entera son propiedad del Estado. En este sentido el Estado es quien otorga libertad según su conveniencia y juicio.

Tal situación significa sometimiento del ciudadano al poder, ya que la libertad pasa de ser un derecho natural a un derecho positivo. Es decir, una sociedad gobernada por un Gran Hermano.

La sociedad de los burócratas, las leyes y los jueces. Quien piense diferente, es castigado por oponerse a la oligarquía política del PSOE.

Bienvenidos a 1984.
(A. BALIN)

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